¡Por qué no entienden que no me gusta que me llamen¡

A ver, díganme si esto no les parece familiar:

- ¿Haló?
- Buenas tardes, ¿habló con el señor(a) “inserta tu apellido aquí”?
- Sí, ¿quién habla?
- Le saludamos de un lugar donde no tenemos el suficiente dinero para hacer publicidad decente, entonces nos dedicamos a hostigar a “clientes con excelente reputación crediticia o tan ingenuos que vendrán a la reunión por una noche gratis en algún lugar o un almuerzo” para que compren nuestros estúpidamente caros y llenos de “peros” paquetes de vacaciones.

Primero, ¿quién le dió mi teléfono?. Segundo, si yo estuviera interesado en comprar un paquete de vacaciones yo los estaría llamando. Tercero, #NoEsDeDios, diría el Mono en Twitter, que me estén llamando a mi celular y ahora a mi !casa¡ para tratar de convencerme de comprar algo que simplemente !no necesito¡. De verás, espero que la iglesia incluya entre la lista de pecados capitales “invitar a eventos para ser hostigado y casi obligado a punta de pistola a comprar un paquete vacacional que va en contra de toda inversión inteligente”, talvéz así desaparece éste atroz negocio. Ahhh, que eso no va a funcionar porque parece que no tienen alma por la forma tan insistente en la que te llaman para que aceptes su “exclusiva” invitación a pesar que les has dejado claro que no estas interesado en comprarles nada.

Si alguna persona tiene la suerte de trabajar en alguno de estos lugares y esta leyendo esto, por favor deja tu número de celular y de tu casa y si puedes el de tu jefe también. Vamos a ver si después de una semana vas a encontrar igual de emocionante tu trabajo.

Si tanto les gusta hablar por teléfono, !por favor¡, trabajen en un call center. Ahí estarían recibiendo interminables llamadas de gente abusiva y con ganas de matarlos, pero la diferencia es que ¡eso sería su trabajo!